En esta ocasión, dentro de nuestra serie «Las 8 reglas de oro para el cuidado de tus riñones», nos centraremos en la quinta regla: reduce el consumo de sal en tu dieta. Acompáñanos a explorar en detalle por qué la sal es un enemigo silencioso para nuestros riñones, cómo afecta a nuestro organismo en general y qué podemos hacer para disminuir nuestra ingesta de sodio de manera efectiva y sostenible. 

La sal se ha convertido en un ingrediente omnipresente en nuestra dieta. Sin embargo, lo que muchas personas desconocen es que el uso excesivo del sodio puede traer consecuencias graves para nuestra salud, especialmente para nuestros riñones. Cuando nuestro nivel de consumo de sodio es elevado, los órganos encargados de filtrar la sangre y eliminar los desechos, se ven sobrecargados.

¿Por qué la sal es un problema para los riñones?

  • Sobrecarga de trabajo: cuando consumimos mucha sal, atraemos una mayor cantidad de agua al organismo, por lo que los riñones deben trabajar más para eliminar el exceso de líquido, lo que a largo plazo puede dañarlos. 
  • Hipertensión arterial: el alto consumo de sodio eleva la presión arterial, factor que aumenta la carga de trabajo del corazón y los riñones. Al pasar el tiempo, esto puede conducir a que la persona sufra de enfermedades cardiovasculares y daño renal. 
  • Retención de líquidos: cuando se empieza a acumular líquido en el cuerpo debido al exceso de sodio puede causar hinchazón en las piernas, los pies y el abdomen, así como aumentar la presión arterial.

Otros impactos que puede tener el alto consumo de sal en la salud

Enfermedades cardiovasculares: el consumo excesivo de sodio puede traer como consecuencia la hipertensión, la cual es un factor de riesgo principal para infartos, accidentes cerebrovasculares y otras enfermedades del corazón.

Osteoporosis: el sodio puede aumentar la pérdida de calcio a través de la orina, lo que debilita los huesos y favorece a la osteoporosis.

Problemas gastrointestinales: el consumo elevado de sal se ha asociado a un mayor índice de riesgo de úlceras pépticas y cáncer de estómago.

¿Dónde se esconde el sodio? 

Alimentos procesados: muchos alimentos procesados, snacks, embutidos y salsas, estos productos contienen altas cantidades de sodio.

Restaurantes: las comidas preparadas fuera del hogar suelen ser ricas en sodio. 

Pan y cereales: incluso el pan y los cereales pueden contener altas cantidades de sodio, especialmente si están enriquecidos con sal.

¿Cómo reducir el consumo de sodio de forma efectiva? 

  • Lee las etiquetas: revisar detenidamente las etiquetas de los alimentos nos puede ayudar a elegir aquellos que tengan bajo contenido de sodio.
  • Cocina en casa: cocinando en casa tenemos el control de los ingredientes a utilizar en la preparación y la cantidad de sal que se le añadirá.
  • Utiliza hierbas y especias: si sustituimos la sal por hierbas aromáticas y especias podremos realzar el sabor de los platos.
  • Reduce el consumo de los alimentos procesados: el optar por alimentos frescos y naturales en lugar de productos procesados ayudara a disminuir el consumo de sales.
  • Cocina con métodos más saludables: cocinar con métodos de cocción que requieran menos sal como al vapor, al horno o a la parrilla.
  • Come frutas y verduras: estas son naturalmente bajas en sodio y ricas en nutrientes, por lo que será de gran ayuda para reducir el consumo de sodio.

Reducir el consumo de sodio es una decisión que tendrá un impacto significativo en tu salud a largo plazo. Al hacer cambios sencillos en tu dieta y tu estilo de vida, podrás proteger tus riñones, reducir tu presión arterial y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Puedes empezar reduciendo el consumo de sal gradualmente, tu paladar se va a adaptar poco a poco al sabor menos salado de tus comidas con el tiempo. Bebe suficiente agua, la hidratación adecuada te ayudará a eliminar el exceso de sodio del cuerpo. 

Recuerda, el hacer pequeños cambios en tu vida pueden marcar una gran diferencia.